Las patologías autoinmunes del tejido conectivo pueden tener manifestaciones a nivel sistémico, pero centrándonos en las manifestaciones oftalmológicas, estas pueden ir desde algo relativamente leve y fácil de tratar hasta aquellas que amenazan la visión. En artritis reumatoide y lupus eritematoso sistémico, lo más común es la sequedad ocular por disminución en la producción de lágrimas, pero también es común encontrar manifestaciones en otras partes del ojo. En síndrome de Sjögren, el signo distintivo y manifestación glandular primaria es el síndrome de Sicca; sin embargo, esta patología puede afectar múltiples sistemas y tener distintos niveles de afectación sistémica. Por su parte, en la esclerosis sistémica, la vasculopatía obliterante es la característica más importante; no obstante, hay otras manifestaciones oftalmológicas. Y aunque el diagnóstico y manejo de estas patologías requiere la coordinación entre médicos de urgencias, reumatólogos y oftalmólogos, son estos últimos quienes, en ocasiones, pueden ser la primera línea de detección de las patologías autoinmunes por la frecuencia de las manifestaciones oftalmológicas como motivo de consulta y en el contexto oftalmológico, el tratamiento de estas manifestaciones se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.